Una teoría conspirativa consiste en la explicación de un evento o cadena de eventos ya sucedidos o todavía por suceder (comúnmente políticos, sociales, populares o históricos) a partir de la ocultación de sus verdaderas causas al conocimiento público o a un complot secreto, a menudo engañoso, por parte de un grupo de personas u organizaciones poderosas e influyentes que permanecen en la sombra. Muchas teorías conspirativas afirman que eventos importantes en la Historia han estado dominados por conspiradores que manipulan acontecimientos políticos detrás de escena.
http://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_conspirativa
En 1989, el vehemente investigador de lo paranormal Enrique de Vicente acuñaba el afortunado término “conspiranoia” para referirse con sana ambivalencia a esta cosmovisión de nuestro tiempo. Y es que el perfil psicológico del conspiranoico coincide en muchos aspectos con el del esquizofrénico paranoide: Escucha voces, es solitario, sospecha de todos y de toda figura de autoridad.
En la antigüedad atribuía sus males al demonio. Hoy a la CIA o a los extraterrestres o a unos genéricos Ellos. Son personas que gravitan siempre alrededor de causas u organizaciones que reflejan sus miedos e inseguridades y que defienden sus bizarras creencias y sistemas de valores.
La diferencia fundamental entre la esquizofrenia paranoide y la conspiranoia reside en que esta es una psicopatía estructurada que se empeña en buscar y encontrar evidencia oculta, razones secretas, explicaciones para lo que aparentemente no las tiene. Y el instrumento de esta lucidez febril se llama Cui Bono.
http://drzito.wordpress.com/2011/03/14/leyendas-y-conspiraciones-y-iii/